sábado, 24 de noviembre de 2012

Componentes radiales


Conozcamos algo más de la Radio


Transmisor



Los componentes fundamentales de un transmisor de radio son: un generador de oscilaciones (oscilador), para convertir la corriente eléctrica común en oscilaciones de una determinada frecuencia de radio; los amplificadores, para aumentar la intensidad de dichas oscilaciones conservando la frecuencia establecida, y un transductor, para convertir la información a transmitir en un voltaje eléctrico variable y proporcional a cada valor instantáneo de la intensidad. En el caso de la transmisión de sonido, el transductor es un micrófono; para transmitir imágenes se utiliza como transductor un dispositivo fotoeléctrico.
Otros componentes importantes de un transmisor de radio son el modulador, que aprovecha los voltajes proporcionales para controlar las variaciones en la intensidad de oscilación o la frecuencia instantánea de la portadora, y la antena, que radia una onda portadora igualmente modulada. Cada antena presenta ciertas propiedades direccionales, es decir, radia más energía en unas direcciones que en otras, pero la antena siempre se puede modificar de forma que los patrones de radiación varíen desde un rayo relativamente estrecho hasta una distribución homogénea en todas las direcciones; este último tipo de radiación se usa en la radiodifusión.
El método concreto utilizado para diseñar y disponer los diversos componentes depende del efecto buscado. Los requisitos principales de la radio de un avión comercial o militar, por ejemplo, son que tenga un peso reducido y que resulte inteligible; el coste es un aspecto secundario y la fidelidad de reproducción carece totalmente de importancia. En una emisora comercial de radio, sin embargo, el tamaño y el peso entrañan poca importancia, el coste debe tenerse en cuenta y la fidelidad resulta fundamental, sobre todo en el caso de emisoras FM; el control estricto de la frecuencia constituye una necesidad crítica. En Estados Unidos, por ejemplo, una emisora comercial típica de 1.000 kHz posee un ancho de banda de 10 kHz, pero este ancho sólo se puede utilizar para modulación; la frecuencia de la portadora propiamente dicha se tiene que mantener exactamente en los 1.000 kHz, ya que una desviación de una centésima del 1% originaría grandes interferencias con emisoras de la misma frecuencia, aunque se hallen distantes.
Osciladores 
En una emisora comercial normal, la frecuencia de la portadora se genera mediante un oscilador de cristal de cuarzo rigurosamente controlado. El método básico para controlar frecuencias en la mayoría de las emisoras de radio es mediante circuitos de absorción, o circuitos resonantes, que poseen valores específicos de inductancia y capacitancia  y que, por tanto, favorecen la producción de corrientes alternas de una determinada frecuencia e impiden la circulación de corrientes de frecuencias distintas. De todas formas, cuando la frecuencia debe ser enormemente estable se utiliza un cristal de cuarzo con una frecuencia natural concreta de oscilación eléctrica para estabilizar las oscilaciones. En realidad, éstas se generan a baja potencia en una válvula electrónica y se amplifican en amplificadores de potencia que actúan como retardadores para evitar la interacción del oscilador con otros componentes del transmisor, ya que tal interacción alteraría la frecuencia. El cristal tiene la forma exacta para las dimensiones necesarias a fin de proporcionar la frecuencia deseada, que luego se puede modificar ligeramente agregando un condensador al circuito para conseguir la frecuencia exacta. En un circuito eléctrico bien diseñado, dicho oscilador no varía en más de una centésima del 1% en la frecuencia. Si se monta el cristal al vacío a temperatura constante y se estabilizan los voltajes, se puede conseguir una estabilidad en la frecuencia próxima a una millonésima del 1%.
Los osciladores de cristal resultan de máxima utilidad en las gamas denominadas de frecuencia muy baja, baja y media (VLF, LF y MF). Cuando han de generarse frecuencias superiores a los 10 MHz, el oscilador maestro se diseña para que genere una frecuencia intermedia, que luego se va duplicando cuantas veces sea necesario mediante circuitos electrónicos especiales. Si no se precisa un control estricto de la frecuencia, se pueden utilizar circuitos resonantes con válvulas normales a fin de producir oscilaciones de hasta 1.000 MHz, y se emplean los klistrones reflex para generar las frecuencias superiores a los 30.000 MHz. Los klistrones se sustituyen por magnetrones cuando hay que generar cantidades de mayor potencia.
Modulación
La modulación de la portadora para que pueda transportar impulsos se puede efectuar a nivel bajo o alto. En el primer caso, la señal de frecuencia audio del micrófono, con una amplificación pequeña o nula, sirve para modular la salida del oscilador y la frecuencia modulada de la portadora se amplifica antes de conducirla a la antena; en el segundo caso, las oscilaciones de radiofrecuencia y la señal de frecuencia audio se amplifican de forma independiente y la modulación se efectúa justo antes de transmitir las oscilaciones a la antena. La señal se puede superponer a la portadora mediante modulación de frecuencia (FM) o de amplitud (AM).
La forma más sencilla de modulación es la codificación, interrumpiendo la onda portadora a intervalos concretos mediante una clave o conmutador para formar los puntos y las rayas de la radiotelegrafía de onda continua.
La onda portadora también se puede modular variando la amplitud de la onda según las variaciones de la frecuencia e intensidad de una señal sonora, tal como una nota musical. Esta forma de modulación, AM, se utiliza en muchos servicios de radiotelefonía, incluidas las emisiones normales de radio. La AM también se emplea en la telefonía por onda portadora, en la que la portadora modulada se transmite por cable, y en la transmisión de imágenes estáticas a través de cable o radio.
En la FM, la frecuencia de la onda portadora se varía dentro de un rango establecido a un ritmo equivalente a la frecuencia de una señal sonora. Esta forma de modulación, desarrollada en la década de 1930, presenta la ventaja de generar señales relativamente limpias de ruidos e interferencias procedentes de fuentes tales como los sistemas de encendido de los automóviles o las tormentas, que afectan en gran medida a las señales AM. Por tanto, la radiodifusión FM se efectúa en bandas de alta frecuencia (88 a 108 MHz), aptas para señales grandes pero con alcance de recepción limitado.
Las ondas portadoras también se pueden modular variando la fase de la portadora según la amplitud de la señal. La modulación en fase, sin embargo, ha quedado reducida a equipos especializados.
El desarrollo de la técnica de transmisión de ondas continuas en pequeños impulsos de enorme potencia, como en el caso del radar, planteó la posibilidad de otra forma nueva de modulación, la modulación de impulsos en tiempo, en la que el espacio entre los impulsos se modifica de acuerdo con la señal.
La información transportada por una onda modulada se devuelve a su forma original mediante el proceso inverso, denominado demodulación o detección. Las emisiones de ondas de radio a frecuencias bajas y medias van moduladas en amplitud. Para frecuencias más altas se utilizan tanto la AM como la FM; en la televisión comercial de nuestros días, por ejemplo, el sonido va por FM, mientras que las imágenes se transportan por AM. En el rango de las frecuencias superaltas (por encima del rango de las ultraaltas), en el que se pueden utilizar anchos de banda mayores, la imagen también se transmite por FM. En la actualidad, tanto el sonido como las imágenes se pueden enviar de forma digital a dichas frecuencias.

Antenas
La antena del transmisor no necesita estar unida al propio transmisor. La radiodifusión comercial a frecuencias medias exige normalmente una antena muy grande, cuya ubicación óptima es de forma aislada, lejos de cualquier población, mientras que el estudio de radio suele hallarse en medio de la ciudad. La FM, la televisión y demás emisiones con frecuencias muy elevadas exigen antenas muy altas si se pretende conseguir un cierto alcance y no resulta aconsejable colocarlas cerca del estudio de emisión. En todos estos casos las señales se transmiten a través de cables. Las líneas telefónicas normales suelen valer para la mayoría de las emisiones comerciales de radio; si se precisa obtener alta fidelidad o frecuencias muy altas, se utilizan cables coaxiales.

Encarta, 2005

domingo, 14 de octubre de 2012

Radios argentinas


LRI Radio El Mundo

    

La aparición de esta radio fue un acontecimiento que conmovió al ambiente porteño. Inaugurada el 29 de noviembre de 1935 contó con la presencia del presidente de la Nación, General Agustín P Justo, y destacadas personalidades. A las 20,30 horas las notas del Himno Nacional interpretado por la orquesta sinfónica dirigida por el maestro Juan José Castro, marcaron la iniciación de la emisora, propiedad de la Editorial Haynes.

Se transmitía desde el estudio A con capacidad para quinientas personas. En primera fila estaban el presidente Justo, su esposa Ana Bernal de Justo, y los señores Harry Wesley Smith, presidente de la Editorial Haynes, Carlos Muzio Sáenz Peña, director del diario El Mundo, y Enrique del Ponte, director artístico de la emisora.

Las palabras inaugurales estuvieron a cargo de este último: "Conocemos  dijo  la mágica influencia de la palabra, no ignoramos la bondad de un ejemplo sano ni el mal que pueden provocar los malos ejemplos. Hemos aprendido a precisar lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer desde la radio."

En los estudios de la calle Maipú 555, primer edificio construido en el país con los adelantos necesarios que respondían a todas las exigencias de la técnica radiofónica del momento, funcionó la primera emisora que simultáneamente transmitía en ondas larga y corta siendo así la primera radio argentina capaz de ser captada en todo el mundo; contaba para ello con una antena de 162 metros de altura instalada en San Miguel.

Poco después de haber comenzado sus transmisiones, Radio El Mundo ya se destacaba por la notable calidad de sus programas. Ante sus micrófonos desfilaron artistas de sumo relieve, tanto nacionales como extranjeros, a los que solía dar marco la orquesta estable de la emisora, dirigida por el maestro Juan José Castro.

Vinieron en ese tiempo la orquesta de música popular cubana de Ernesto Lecuona y el tenor mexicano Juan Arbizu. Las auras populares porteñas estuvieron representadas inicialmente por julio De Caro, Francisco Lomuto, Osvaldo Fresedo, Ricardo Tanturi; las cancionistas Mercedes Carné, La Serranüa, Adhelma Falcón y Fanny Loy; los cantores Ernesto Famá, Daniel Arroyo y Alberto Vila, entre otros. Por último, lo de tierra adentro, fue traído por Atahualpa Yupanqui, Andrés Chazarreta y La Cuyanita.

Se presentaron, también, artistas como Camila Quiroga, Iris Marga, Berta Singerman, Orestes Caviglia, Francisco Petrone, José Gola, Miguel Gómez Bao v los cómicos Marcos Caplán, Tito Lusiardo y Enrique Delfino.

LR1 Radio El Mundo marcó sin duda, una etapa en la vida de nuestra radiotelefonía por su seriedad y jerarquía. Su política de contrataciones apuntó siempre a elementos que unían a su índole eminentemente popular, notables condiciones de calidad.

Edgardo J. Rocca
Fragmento del artículo que fue publicado en “Historias de la Ciudad – Una Revista de Buenos Aires”  (N° 9 y 10, Mayo y Julio de 2001, respectivamente), que autorizó su reproducción a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.


viernes, 29 de junio de 2012

Juan Alberto Badía


Chau, Beto!
1947-2012
El conductor de radio y televisión Juan Alberto Badía murió hoy, viernes 29 de junio, a las 0.15 debido a las complicaciones derivadas de un cáncer de mediastino que padeció en los últimos años, informaron allegados y familiares. Había sido internado el lunes en el Hospital Universitario Austral de Pilar porque se le había agravado su cuadro como consecuencia de una neumonía.
Oriundo de Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires, Juan Alberto Badía nació en 1947 y gracias a la impronta de su padre -Juan Ramón , locutor y maestro de locutores- su amor a la radio surgiría desde la infancia, como un juego y seguiría hasta iniciar su carrera de locutor. En 1970, realizó una suplencia en Radio Antártida. A los 20 años el inquieto Juan Alberto ya era ayudante de cámaras. Tres años después comenzaba Imaginate Flecha Juventud, una propuesta radial que marcó la década que se mantuvo al aire.
Allí el confeso fanático de los Beatles le regalaba un segmento especial a su audiencia con media hora de "beatlemanía" plena de temas exclusivos y anécdotas. Ahí mismo comenzó a tener la costumbre de nombrar autor e intérprete de los temas para que fuera más sencillo dar con el single en la disquería, en un gesto claro que colaboró con la difusión de la música que tanto amaba.
Le siguió Piedra Libre, donde le abrió la puerta a Marcelo Tinelli, actualmente el monstruo del rating. En los 80´s llegó la consagración. Badía&Cía fue el nombre del programa ómnibus que se convirtió en cita ineludible sábado tras sábado para los televidentes. Duraba toda la tarde y por allí desfilaba todo lo novedoso y potente del rock nacional - en pleno boom- de la mano de sus protagonistas, que conversaban como en el living de la casa del anfitrión y tocaban en vivo. Luego vino Imagen de radio, levantado de ATC a fines del 90 durante la gestión menemista.
Más tarde fue el turno de Una buena idea, transmitido desde una radio rodante desde Bariloche y Ushuaia, con el que ganó el Martín Fierro en 1993. Conducía Estudio País en Canal 7 cuando, el 9 de noviembre de 2010, se enteró de su diagnóstico. Durante casi un año se dedicó a pelear contra su enfermedad- consecuencia de 50 años de fumador-, tiempo en el que la audiencia lo acompañó afectuosamente acercándole regalos y palabras de aliento, de los que el conductor había hecho un santuario en una habitación de su casa. A fines de 2011 y luego de avanzar en el tratamiento y reducir el tumor, quiso volver a trabajar y lo hizo encabezando como conductor el ciclo de reportajes Mi noche favorita para el primer canal digital 360tv.

Fragmentos de:

lanacion.com.ar/1485945-murio-juan-alberto-badia-una-voz-que-atraveso-generaciones